Archivo gráfico de Arte románico en la Merindad de BUREBA
Intentaré hacer una especie de catálogo gráfico, tanto de las pequeñas muestras a las grandes representaciones en arte románico de toda la zona de La Bureba, entendiéndola como tal, la extensa Merindad en su marco histórico, por lo que incluiré lugares que no se correspondan con la estricta llanada central, sino dentro de los términos del partido judicial de Briviesca como de su Distrito, así como otros lugares, que no siéndolo, compartan un mismo origen y estilo burebano.
Tanto la visita guiada al interior de este templo como a la de Pino de Bureba se organizó la misma mañana lluviosa, por lo que optamos por volver el siguiente sábado para grabar los exteriores con un sol espléndido, algo que tenemos en cuenta siempre que sea posible.
Y para poner en contexto, un "poco de historia":
El topónimo Navas, de etimología prerromana, hace referencia a una característica geográfica que poseía el pueblo a principios del siglo XI, el pasto llano. Los primeros testimonios documentales de esta villa se vinculan a la historia del cercano cenobio de San Salvador de Oña, como no podía ser de otra forma. El 15 de febrero del año 1011 el conde de Castilla don Sancho y su esposa doña Urraca donan, entre otras villas de la comarca de la Bureba, la de Navas, cuya iglesia se dedicaba a la Asunción. En el año 1070 Miguel y su esposa Sartuera donan a San Salvador de Oña y a su abad Ovidio diversas heredades de Navas.
En enero de 1111 se efectúa la donación de Navas al monasterio de Oña por parte de la reina doña Urraca. En el mes de octubre del mismo año aparece en la documentación del cenobio oniense el monasterio de San Juan de Entrepeñasque estaba situado entre los términos de Navas de Bureba y Barcina de los Montes. En diciembre del año 1135 el conde don Rodrigo, la condesa doña Sancha y su hermana Estefanía conceden a Oña y a su abad don Cristóbal II, en sufragio del alma de su hermano Diego Gómez, su hacienda de Navas con todas sus pertenencias, montes y fuentes.
En marzo de 1144 Alfonso VII, con sus hijos don Sancho y don Fernando, confirman al abad de Oña don Juan III y demás monjes de Oña la donación de Navas que hiciera doña Urraca años atrás. Durante el siglo XIII Navas de Bureba sigue figurando en la documentación de San Salvador, bien sea en permutas, relación de heredades, pesquisas, trueques, donaciones, censos perpetuos, ventas, procuraciones, pleitos y en testigos que refrendaron los documentos.
ARQUITECTURA DE LA IGLESIA ROMÁNICA DE LA ASUNCIÓN:
La estructura del templo románico es de una nave, portada y espadaña en el muro sur y ábside semicircular, con orientación este. Las cubiertas originales de los tres tramos de la nave no se han preservado y han sido reemplazadas por bóvedas de crucería estrelladas policromadas.
El conjunto arquitectónico se completa con añadidos posteriores en el norte, así como la transformación de la espadaña en torre de planta cuadrada. Se sube desde interior mediante una puerta situada en el primer tramo del muro sur, bajo el coro por un usillo de escaleras de caracol. En el último cuerpo se abrieron dos troneras cuyos arcos apuntados descansan en columnas con capiteles burdamente labrados.
La portada abierta a principios del siglo XIII se encuentra enmarcada por dos pequeños contrafuertes. Consta de seis arquivoltas lisas que apean en columnas de fuste monolítico de reducido tamaño en relación con los capiteles. Los del lado derecho representan: un hombre tocado con un gorro y con los brazos levantados; un águila con las alas explayadas; una cabeza humana; una cabeza de león con la boca abierta sin dientes; y los de la izquierda: diversos personajes de medio cuerpo cuyas manos se agarran al collarino de la columna haciendo un gran esfuerzo para asomarse; una figura humana con corona de picos y brazos levantados con las palmas hacia afuera; cabeza de león amenazante; motivo vegetal; y uno no visible. Las jambas arrancan y descansan en un esbelto podium.
Lo más sobresaliente de este templo parroquial es el ábside, fabricado en una cuidada sillería de tono anaranjado. El presbiterio está cubierto con bóveda de cañón y de horno en el tramo recto y en el hemiciclo, respectivamente. Una línea de imposta surge a la altura de los cimacios de los capiteles del arco triunfal pero se oculta por estar encajado el retablo barroco en la estructura semicircular del arco triunfal apuntado y doblado sobre semicolumnas adosadas con capiteles toscamente labrados. El del lado de la epístola de hojas lisas con incisión central a modo de nervio. El del evangelio representa un hombre en medio de la cesta del capitel sobre el que se afrontas dos ágiles y fieros cuadrúpedos. Podría representar a Gilgamesh entre leones, es decir, el hombre fuerte vencedor del mal, pero también a Daniel en el foso de los leones.
Hacia la mitad del tambor, a la altura del umbral de las ventanas, una imposta lisa recorre horizontalmente los tramos. Sólo se conserva sin ningún tipo de modificación el vano abierto en el centro. De influencia islámica, al igual que las portadas de Abajas, Bozoo, Santa Gadea del Cid, Gredilla de Sedano; y los vanos de Encío, Moradillo de Sedano, etc., detenta dos arquivoltas lobuladas. La externa tiene siete lóbulos y la interna cinco. Se apoyan en cimacios lisos que se continúan hasta contactar con los haces de columnas. Sujetando los arcos lobulados hay dos columnas monolíticas a cada lado. Los cuatro capiteles son vegetales, pero se diferencian los interiores de los exteriores, ya que en los primeros sus hojas se enroscan sobre sí mismas en sus vértices mientras que en los segundos son hojas de base más ancha, lisas y alargadas. Tiene la misma configuración que el vano central, difiriendo únicamente en la exornación de sus capiteles exteriores. Los motivos vegetales se sustituyen por unas sirenas-ave de aire grotesco que identifican los placeres engañosos y funestos.
El resto de la escultura, también de factura popular, se encuentra en los motivos de las columnas entregas y en los canecillos que sustentan la primitiva cornisa. En los capiteles de los haces de triple columna se reprodujeron los siguientes temas: ave de cabeza humana con corona de picos y alas explayadas; tres ángeles cuyas alas se engarzan como si fuese una guirnalda; dos aves afrontadas; dos cuadrúpedos con las fauces abiertas y aunados en su parte trasera; y sirena-ave. Como sucede en las columnas del interior, las figuras frontales e hieráticas de los capiteles invaden el espacio del ábaco.
La cornisa está ornamentada con un zig-zag plano y anguloso que se soporta por una hilera de canes: unos, con toscos y desproporcionados bustos humanos de aire caricaturesco, otros vegetales y el resto con representaciones zoomórficas de aire demoníaco. En la cornisa del exterior de la nave, así como en la torre, se divisan motivos ornamentales: cabezas de animal diabólico, de lobo y humana; hombre con tonel -se repite en el ábside-; y sirena-ave masculina.
De las campañas románicas se conservan la caja muraria de la nave, ábside, portada y espadaña. Producto de otras etapas fue la transformación de la espadaña en torre así como el husillo- y del muro norte -antigua sacristía y granero-.
El cantero o grupo de canteros que trabajó o trabajaron en la campaña románica se caracterizaron por cuidar la fábrica constructiva aunque fueron bastante torpes y rudos en la labor escultórica, pero no por ello tiene su encanto. Por los elementos analizados se puede señalar que es una edificación tardía del románico burebano. De fines del siglo XII serían el ábside y los muros de la nave, y con toda probabilidad se concluiría el templo con la portada y espadaña en la primera mitad del siglo XIII.
EXTERIOR DEL TEMPLO:
Vista general.
Portada muy abocinada.
Capiteles de la portada (derecha).
Capiteles de la portada (izquierda).
Torre del campanario.
Ábside.
Ventana absidial poli lobulada.
Ventana poli lobulada también en el exterior del presbiterio. Se aprecian las marcas de un adosado eliminado que tapaba la mitad de la ventana .
Canecillos del exterior del presbiterio.
Ventana poli lobulada, exterior del presbiterio. Se aprecia la marca del tejado del adosado eliminado.
Ventana y canecillos del ábside.
Capiteles de los haces de triple columna del ábside.
Este templo, tal cual lo vemos hoy, es producto de diversos cambios e incidencias durante estos últimos veintitrés años, tal como reflejan las siguiente cuatro imágenes:
1.- Así lucía en el 2002: con un adosado y un recrecido del ábside muy antiestético.
2.- Así en el 2011: Eliminados el adosado y el recrecido antiestético del ábside.
3.- Así estaba en el 2014: Parte de la torre se hundió.
4.- En la actualidad: restaurada y eliminado por fin el muro de ladrillo que tapaba la portada. Perfecta 👍👍
INTERIOR DEL TEMPO:
Altar principal barroco.
Capitel del arco triunfal lateral derecho.
Capitel de la columna del arco triunfal del lado izquierdo.
Capitel del arco triunfal. Daniel en el foso de los leones.
Vista general.
Crucificado gótico S. XIII.
Esta imagen como la siguiente fueron robadas por Erik el Belga, pero aparecieron un mes después. Una de las tallas dentro de una alcantarilla de Toledo.
San Blas.
Ventana poli lobulada del presbiterio.
Restos de pinturas.
Bóveda de la sacristía.
Posible capitel incrustado en la sacristía fuera de contexto.
El primero fue comprobar la existencia de un pequeño ábside con su espadaña ocluida en muros de ladrillo, conocido todo ello como la torre del reloj. Dichos elementos estructurales podrían corresponderse con un antiguo templo en el centro de la localidad, datado en el s. XII. Probablemente se trate de la antigua iglesia prioral de San Saturnino que, junto a la iglesia de San Martín Obispo, formó parte integrante en el acta fundacional del monasterio de San Salvador de Oña.
Defiende Clementino González, Sacerdote y gran conocedor del románico burebano, que debe incluirse en toda guía sobre este arte medieval, no la torre del reloj, sino parte de la estructura sobre las que asienta y algunos de los elementos que se han conservado milagrosamente a lo largo de los siglos.
La torre del reloj.
Dicha torre se asienta en un ábside románico con su escalera exterior similar a la cercana ermita de San Emeterio y San Celedonio en Río Quintanilla.
La espadaña ocluida y el solar de la nave de la supuesta iglesia de San Saturnino.
Todo el conjunto de la torre del reloj se encuentra a la venta.
El segundo motivo fue la visita guiada al interior de la iglesia parroquial de San Martín organizada por VíaRománica el día 10 de mayo de 2024, junto con la visita guiada en la iglesia de Navas de Bureba. Así que allí nos presentamos. Como hizo un día muy lluvioso y gris, dejamos el exterior del templo para el siguiente sábado, ya que las previsiones eran muy buenas como así fue.
Un "poco" de historia:
Pino de Bureba perteneció al Alfoz de Poza de la Sal. Es un enclave que detenta una gran belleza natural, situado en un terreno llano, arenoso y bastante fértil al pie de la Mesa de Oña. El significado de su topónimo resulta obvio, por predominar tanto el pino silvestre como el pino resinero o negral (pinus pinaster) en un monte cercano en la falda de la sierra.
Analizada la documentación, concretamente una donación al Monasterio de Oña, se sabe que en el año 1012 uno de los donantes -Don Cristóbal- era prior de Pino. También al cenobio oniense fueron incorporados muchos monasterios y templos durante los siglos XI al XIII, entre ellos el de San Martín de Pino de Bureba.
Parece ser que en su entorno existieron tres despoblados, ya casi desaparecidos. Uno de ellos, La Torre, se situaba en las faldas Sur y Este del monte Castro o Peña El Mazo. No en vano, en lo alto de esta peña existe restos de una torre (que fue excavada por los jesuitas de Oña) dentro de una plataforma con buenos paramentos que constituirían un todo (castillo). Otro despoblado, llamado Santurde, no se ha localizado aún.
Un tercer despoblado muy antiguo denominado Hoyuelo, que se identifica con Fuente Ocejo, parece tener relación con la Peña del Sol por su cercanía. En la cima de dicha peña se observa una sepultura de chimenea así como estructuras escalonadas antrópicas en la plataforma, lo que indica que la peña pudo ser un santuario prehistórico o protohistórico. El padre Íbero lo identificó como del neolítico. Muy cerca también se localiza un altar rupestre en la Peña del Elefante.
ARQUITECTURA DE LA IGLESIA DE SAN MARTÍN OBISPO:
En su campaña inicial románica, de gran calidad constructiva, se configuró un edificio de una sola nave, portada abierta al muro sur y ábside poligonal en el exterior, siendo circular al interior. En la actualidad, por las dos capillas anexas a la altura del tramo recto del presbiterio se ha transformado en una planta en forma de tau. Las técnicas de cantería utilizadas son variadas desde la sillería y sillarejo hasta la mampostería.
La cabecera y la nave están delimitadas por semicolumnas adosadas al arco triunfal soportado por semicolumnas adosadas de fuste con tambores y capiteles vegetales simples. El semicírculo absidal dividido en dos por una imposta corrida sin decorar presenta bóveda de horno, en tanto que el presbiterio y la nave se cubren con bóveda de cañón. Esta última se separa por cuatro arcos perpiaños rompiendo la monotonía del cañón seguido. Estos fajones voltean al igual que el triunfal en semicolumnas adosadas y se ornamentan con capiteles vegetales muy esquemáticos.
La portada abierta en el segundo tramo del muro sur se enmarca entre dos contrafuertes. Consta de tres arquivoltas boceladas con besantes que descansan en jambas con columnas. Los capiteles se labraron con esbeltas hojas de acanto de distinto tamaño superpuestas en varios cuerpos, describiendo ritmos curvos. Tienen una elegancia y belleza que se distancian de los motivos vegetales realizados en los capiteles del interior. Un cimacio corrido decorado con hojas inscritas en círculos formados por sus tallos marca el abocinamiento de la entrada. Se remata y se protege con el característico tejaroz.
Lo novedoso de este templo dentro del románico burebano y burgalés, lo constituye la forma pentagonal de su cabecera al exterior. Está dividida en dos cuerpos por una imposta engalanada con varias filas de semicírculos tangentes. El tramo inferior se compone en cada uno de los cinco paños de dos arcos ciegos. De clara influencia lombarda, se apoyan por un lado en semicolumnas adosadas a las aristas del inicio del paño, y por el otro tal vez lo hiciesen en ménsulas como se observa en Pinillos de Esgueva, hoy desaparecidas. Estos arquillos de raigambre oriental surgieron en otros edificios del románico burgalés -naves bajas del Monasterio de San Pedro de Arlanza, Ermita de la Virgen de San Salvador de Santibáñez de Esgueva y Vallejo de Mena-.
En el tramo superior se abrió un vano central protegido por una reja. Tiene dos arquivoltas que marcan su abocinamiento y apean en dos columnas a cada lado. El guardapolvo, cuando no está abilletado con la misma franja que corre a la altura de los ábacos de las fenestrillas se decora, con puntas de diamante. La saetera típica de estas construcciones se ha transformado en un amplio hueco de luz.
En el interior este amplio vano central del presbiterio se cierra con una vidriera moderna que recoge la imagen del titular del templo. Este vitral de colores se aleja de las láminas de alabastro que solían cerrar las aspilleras de los templos románicos. Conserva una columna a cada lado decorada con capiteles vegetales.
La cabecera se ultima con una cornisa abilletada de tres filas soportada por una gran variedad de canecillos antropomórficos, zoomórficos -cabeza demoníaca, cabeza de león, tortuga- y geométricos. Algún otro canecillo figurativo se ve en la cornisa de la nave. La contemplación de este ábside no es completa al adosarse una sacristía en el lado sur y resulta algo incómoda.
La construcción del edificio posiblemente se inicie en la segunda mitad del siglo XII. Se comenzaría como la mayor parte de los templos por la cabecera. Un poco más tarde se abriría la portada. Se observa una diferente factura escultórica, mucho más rica y equilibrada en los capiteles de la portada respecto a la decoración del resto de la iglesia. Las reformas establecidas en el muro septentrional y los añadidos al norte y al sur han alterado notablemente la fisonomía de la planta románica.
IMÁGENES DEL EXTERIOR DEL TEMPLO DE SAN MARTÍN: 17-05-2025:
Acercamiento al templo desde una senda que discurre paralela al camino principal.
Asoma la espadaña románica.
Accediendo desde la escalinata hacia la iglesia.
Portada.
Capiteles de la portada con temas vegetales. Lado izquierdo.
Capiteles de la portada, lado derecho.
Canecillos.
Ábside.
Canecillos del ábside.
Gran ventana absidial con características de portada.
Arcos ciegos de influencia lombarda.
Capitel de uno de los arcos ciegos.
Forma pentagonal de la cabecera exterior. En su interior es semicircular.
Espadaña.
Vista general desde la zona elevada y desbrozada, a la espalda de la cabecera.
IMÁGENES DEL INTERIOR DEL TEMPLO: Visita guiada 10-05-2025:
Templo de una sola nave en origen, a la que se unieron dos capillas a ambos lados del presbiterio en épocas posteriores.
Bóveda de horno en la cabecera y de cañón en la nave.